Los ciudadanos que niegan la importancia o la mera
realidad del Holocausto judío pueden afrontar distintas situaciones penales
según los Estados en los que residan. La Corte Europea de los Derechos Humanos
pretende homogeneizar la situación basándose en el Convenio europeo de los
derechos humanos, que ratificaron 47 países. Sin embargo, no tiene poder para
condenar a ningún ciudadano cuyo país no reconozca el negacionismo como delito.
Dentro de Europa, negar el Holocausto sólo se considera delito en Francia,
Alemania, Bélgica y Suiza.
Chantal Cutajar, profesor de Derecho en la Universidad Robert Schuman de
Estrasburgo (Francia), opina que los negacionistas saben aprovechar las
diferencias de los códigos penales para evitar las condenas.
En
Reino Unido, Dinamarca o Suecia, la libertad de expresión no tiene límites
penales más que, en el caso de las publicaciones, el delito de difamación. Al
contrario, Francia, Alemania y Bélgica sancionan el delito de negacionismo del
genocidio judío. En España y en Suiza es delito la negación de cualquier crimen
contra la humanidad. Los otros países europeos no sancionan el negacionismo
como tal, pero tienen mecanismos como el delito de racismo o incitación al odio
racial para condenar a los más radicales.
Francia
es el país europeo donde el debate sobre la conveniencia de legislar sobre el
negacionismo está más vivo. Una ley votada en 1990 prevé una multa de 45.000
euros y un año de cárcel contra "la expresión pública de tesis que
contesten la existencia de crímenes contra la humanidad" -definidos por el
Tribunal de Núremberg en 1946- cometidos por la Alemania de Hitler durante la
Segunda Guerra Mundial.
La
legislación francesa fue utilizada dos veces (1991 y 1997) para condenar al
líder del Frente Nacional (FN), el extremista Jean-Marie Le Pen, quien calificó
las cámaras de gas que sirvieron para exterminar a los judíos de mero
"detalle en la historia de la Segunda Guerra Mundial". El número
dos del FN, Bruno Gollnisch, será juzgado por el mismo delito
el próximo 23 de mayo, tras perder su inmunidad por el Parlamento Europeo.
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Mathieu De Taillac. Madrid 19.02.2006
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